miércoles, 31 de julio de 2013

Una oda a tí

Siendo conscientes de las obligaciones y de los rigores cotidianos,
le hago otro guiño a tus ojos, en esta mañana de verano.
Una oda a tí, mujer maravillosa, que seduces con encanto y dulzura
a todos aquellos que se ven atraídos por tu belleza y tu hermosura.
Parecen lugares comunes, palabras que sirven de vehículo para un halago fácil,
pero lo sencillo sería no escribirlas,
no dejarlas grabadas en un muro de una calle
por la que casi nadie pasa y en el que crece la hiedra.
Te dedico poemas en esa hora en la que nadie me lee ni me descifra,
y no es algo secreto, ni algo oculto. Es simple y llano, como un beso al ser de día.

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