viernes, 12 de julio de 2013

Cada vez que vuelvo a Granada

Cada vez que vuelvo a Granada
viajo con la ilusión
de caminar de nuevo
por los lugares de la infancia.
También por sitios
donde ya no siendo tan niño
forman parte
de los itinerarios de mi alma.
Qué hay de la fuente del avellano,
paseo de los tristes,
cuesta de los chinos,
realejo, puerta del sol.
Bajar por el zacatín
con la calle llena de gente,
el murmullo,
la algarabía
de los que circulan por el centro de la ciudad.
Mas luego está nuestro Albaicín querido.
Esa isla, paraíso de calles empedradas,
rincones
maravillosos
desde lo que contemplar
el bello paisaje
o tirarse las horas muertas
escuchando el gotear de una fuente.

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