jueves, 25 de julio de 2013

Siempre es un gran momento

Siempre es un gran momento cuando te veo de nuevo,
cuando nos encontramos por casualidad,
cuando nos encontramos a sabiendas de que nos vamos a encontrar
Tuya es la palabra, tuya es la voz
en este instante
Aquí estoy para escucharte,
aquí estoy aunque no tengas nada que decir,
aunque el silencio
sea el epílogo
incompleto
de toda una obra
con final abierto.
Tuyas son las tardes, las mañanas, las noches,
sí, son tuyas,
y no porque
te las adueñes
sino porque yo te las regalo.
Ya sé que no soy el propietario del tiempo,
míos no son los relojes.
Pero ese obsequio que te ofrezco,
y por el que no te pido apenas nada
es precisamente
la desmesura que tengo
cuando trato cualquier cosa
que tiene que ver contigo. 

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