Los obstáculos y el amor

Los obstáculos me hacen más fuerte.
El camino continúa.
Mi amor por tí es bien grande, y quiero demostrártelo.
Tal vez hoy no sea el día.
Ni mañana ni siquiera pasado pero para qué ponerle fecha a algo como este amor, puro y simple como agua de la fuente clara.

Los malvados

Los malvados se disfrazan de gente solidaria
y le hacen ver a los demás que su crueldad tenía fundamento.
Los malvados se camuflan 
entre la masa, 
creen ser no vistos, 
mientras que tejen su tela de araña, 
arquitectura 
de la alevosía. 
Los malvados disimulan 
cuando el orden del día 
propone 
ésta, otra o cualquier 
circunstancia
que les afecta, 
que les compromete. 
Los malvados 
se adhieren 
a la causa 
que más satisfaga 
sus intereses 
actuales 
y que no estropee los futuros.
Los malvados son amantes 
de los resultados a corto plazo.
Usted me pregunta qué hacer 
frente a los malvados 
y yo le digo, 
no haga nada:
Los malvados suelen 
envenenarse con 
su propio veneno.  
 

Viene la noche

Querida mía, viene la noche y te recuerdo.
En el rincón donde me siento tras la larga jornada,
guardo un sitio para tí.
La noche es
el lugar recurrente,
el recurso manido,
y que pierde significado
pero también
es la pasarela
por donde navegan las almas
que buscan,
las almas que anhelan.

La tarde

La tarde se viste de esperanza porque ahí estás tú.
Colecciono instantes a tu lado.
Son piezas de un museo
personal y clandestino.
No hace falta que me hables,
ni siquiera que me mires.
La tarde con su traje de esperanza
ya construye el discurso
sin palabras,
y sin miradas.
¡Qué bonito
es saber
que estás ahí,
al otro lado!
¡Qué hermosa
es la tarde
vestida de esperanza
contigo a mi lado!

Dicen que los soñadores son

Dicen que los soñadores son como los niños
pues no quieren despertar de sus sueños e
intentan llevarlos a cabo.
Benditos sean los niños
que pueden y les dejan aprender
a volar.
Creo que quienes lo dicen
es porque nunca tuvieron el coraje
de atreverse a soñar,
o si lo hicieron
algún ser infeliz
les cortó las alas,
o les afeó de manera abierta su conducta.

Subiendo la cuesta hacia la escuela

Subiendo la cuesta hacia la escuela
hay un descampado vallado
que alberga varios cientos de metros
cuadrados
de naturaleza inerte
de lugar posible de juegos infantiles
y. sin embargo.
los pesticidas
disuaden a las criaturas
de tocar las plantas.
Subiendo la cuesta hacia la escuela
los taxistas paran sus coches
para mear sobre el asfalto
con el consiguiente hedor.
Subiendo la cuesta hacia la escuela,
creo que nos salvamos
los niños y yo,
y no porque seamos especiales
ni porque tengamos alguna
distinción,
nos salvamos porque resistimos
los golpes
de esta naturaleza
salvaje.

El verano comenzó

El reloj de la cocina cayó al suelo pero resistió el golpe y no afectó al motor.
El verano comenzó y tiene una esquina rota.
La historia la escriben otros,
ellos son los que deciden el punto aparte y el punto final.
Pero yo propongo las tildes y el resto de signos de puntuación...
Después de todo, y antes que nada,
si este final que Usted me cuenta
no me satisface, pues construiré una puerta,
tal vez una ventana,
desde el que divisar
horizontes tranquilos
y bellos paisajes.

Amor incompleto

Este amor por tí que es incompleto,
pretende sembrar futuro y colocar a la esperanza
como telón de fondo.
La noche está huérfana de tí
y de tu mirada tranquila que calma a los que no tienen calma,
que cura a los enfermos sin remedio..

En los arrabales

En los arrabales
de la ciudad infinita, encontré tus ojos. Y desde entonces, no hay nada más.

Puedo comprender

Puedo comprender
que cada cosa en esta vida
tiene una explicación y
que hay actitudes que son resultado
del sufrimiento y del dolor.
Entiendo tu silencio, su recelo,
pero también veo claro
que mi amor
es verdadero,
manantial de aguas tranquilas
donde reposa la pureza
del sentimiento.

Amor combatiente

Si algún día, todos nos dan la espalda,
no te preocupes porque yo estaré ahí a tu lado,
con mi amor de trinchera, con mi amor combatiente

Otra canción de amor

Tal vez sea ésta otra canción de amor.
Pero cada oda dirigida
a tí es diferente,
es independiente,
forma un todo aparte.
Podría
construir muchas estrofas
sobre tu sonrisa,
y edificar un monumento
a tu mirada.
Tus ojos
son los espejos
donde
me miro,
son el camino por el que transita tu alma.
Son del color de un mar del Norte,
un puerto lejano
que se
observa
entre las aguas.
A ese puerto de mar,
cuesta llegar
pero no serán los temporales,
las tormentas
ni la marea,
las que derriben
a este barco,
en su empeño.
Tu amor
es ilusión,
y mucho más
que una larga travesía
sobre el mar inclemente.

La noche es una avenida

La noche es una avenida
repleta de farolas,
y en la que circula
un tranvía solitario
en cuyo interior
viajan
noctámbulos
que vagan,
obreros que regresan,
tras la larga jornada,
a sus casas.
En ese monólogo
que componen
las luces y los gestos,
guardo en mi retina
aquella imagen tuya
en la tarde soleada de un parque,
tan radiante,
tan dichosa, tan hermosa
como lo eres hoy.
La noche
es una avenida repleta
de bulevares,
y por la que transitan
esos viejos conocidos
llamados melancolía
y amor. 
La melancolía es esa
borrosa silueta
de transeúnte
esquivo
que bordea
el banco
donde durante
el día se sientan los jubilados
y las gentes sin trabajo.
El amor es una rosa
que sólo se marchita
si no se la cultiva a diario.
Es pozo y ciénaga,
jardín florido,
resplandor y brillo,
oscuridad y escarcha.
Es también
ese delirio necesario,
esa estación efímera,
esa prodigiosa quimera.

Poema de Martes

No tengo el impulso,
ni siquiera la inspiración,
para construir un poema de Martes.
Pero creo tener la música de las letras,
que encadenadas forman fonemas,
y, a su vez, acordes sonoros
que invaden la tarde
como un ejército musical.
Las tropas entran en la ciudad nueva
e instalan su campamento base de
estrofas, para acometer
la batalla final,
con métrica libre y
exhibición
de palabras.
Este es el poema de Martes,
que nació de la nada,
como tantas cosas nacen.

Te eché de menos

Te eché de menos,
en la mañana,
en el atardecer
de la ciudad invertida.
Me hiciste falta
como ese abrazo necesario,
como esa caricia consentida.
En tu laberinto sentimental
había demasiados nombres.
En el último tiempo,
yo era sólo espectador
de excepción,
centinela del recuerdo.
Más tarde me dí cuenta de
que no debemos custodiar
la belleza   
porque al igual que la verdad
es de lo poco que no perece.
Te eché de menos,
en el nuevo día,
aunque estabas ahí.
Al menos eso me gustaba creer.

Ambiente medieval

Me enamoro de tu risa,
de tu voz suave como el terciopelo,
de tu caminar pausado,
de tu hábil manera de hacer.
Hay quien dice
que no voy por el buen camino,
que me torcí.
Tal vez, yo les digo.
Lo que ocurre
es que de todas las rutas posibles, de todas
las encrucijadas a la que la
vida nos somete,
elegí el camino
desde donde se divisa
el palacio luminoso
en cuyos aposentos
creo que habitas
y cuyas
frías estancias
desconozco
pero aspiro a conocer.
Será larga la travesía,
enorme la dificultad,
pero el amor abre las murallas
y las puertas del castillo
para inundar los rincones
de ese elixir mágico.

Tell me Dad

Tell me Dad where I should go
when my life is a disaster
and my home doesn't belong to me.
Will you allow me to stay with you?
I work hard daily but
that seems is not enough
for these hard times..
Dad, will you love me
despite of someone else's
opinions?

Te quiero como en esos días

Te quiero como en esos días
en los que yo me quedaba sin palabras
y tú proseguías con la retahila de lugares comunes.
Te quiero como en esos días,
y como en estos en los que te escribo poemas
sin el afán de que los leas pero que sirven
para decirte que te quiero como en esos días

La edad de una estrella

Mi amor por tí es antíguo pero no lo es
tanto comparado con la edad de una estrella.
Mi amor por tí se renueva y se reafirma
en la luminosa oscuridad
a la que me encomiendo como cuartel amurallado

Antología

Mi amor por tí es antología.
Te busqué en la noche cálida de primavera,
tu nombre no era la penúltima palabra del verso
encadenado al beso que te lancé en un parque en un tibio septiembre.
Tus ojos, tu mirada no forman parte ya del ritual del invierno.

Ella es hielo...

Ella es hielo pero esa es una forma de resistencia

ante la inclemente estación del  alma.

Ella es hielo que no quema, e intenta cuidar a los demás,

en toda una carambola de experta jugadora de billar.

Los equilibrios son complicados pero ella lo consigue,

y  por eso hay que agradecerle el gesto  y no dejar de adorarla.

La vida no espera

La vida no espera
mientras dices que no tienes tiempo
para el amor.
Para amar siempre debería haber
una colección de instantes,
una pasarela de momentos.
Las palabras que se antojan vacías
y suenan huecas en su significado
se transforman
en otras que
están repletas
de color
cuando te evocan,
aunque tú continúes
la senda de los que se alejan.
Es posible que mis ojos 
no vean más allá, 
y tenga una mirada enfocada 
en el corto plazo. 
Es tal vez porque mis 
brazos están impacientes 
por abrazarte, 
porque mi boca 
está presurosa 
por llamarte, amor. 

Todo un desierto detrás de tu mirada

Hay todo un desierto detrás de tu mirada,
salpicado por unos cuantos oasis donde hay hasta un estanque de agua clara.
La aritmética de este lugar entre palmeras se construye con ceros y unos pero ningún resultado es definitivo

, todo en esta vida es transitorio.

En el incierto horizonte se divisa tu sonrisa, te ves arropada por el manto de tus certezas.

Soy un barco tocado

A veces recobro el rumbo otras lo pierdo,
soy un barco tocado pero no hundido.
Cómo no quedar atrapado en la marea de tu dulzura,
soy un naúfrago en tu mar de amor, soy superviviente
y combatiente hasta que quede el último suspiro de vida.

Tal vez

Tal vez olvidé la aritmética
y comencé a soñar.
Lo mejor de todo es que
lo continúo haciendo
a sabiendas
de que sueño despierto
y tu voz construye
el guión de las horas venideras.

En ese ritual

En ese ritual de gestos estudiados,
de diplomacia urbana,
quisiera ver de nuevo tu mirada desnuda
y albergar la alegría de contemplarla.

Desde una fría oficina cualquiera

Desde una fría oficina cualquiera
de la ciudad
te escribo.
El invierno es un estado del alma,
la melancolía,
es la fase superior de la tristeza.
Te preguntas por qué continúo
insistiendo
en proponerte esta música
que construyen las palabras,
este contrapunto
de vocales y consonantes.
La melodía
sustituye a
la melancolía
y disipa la distancia,
ahora tú estás cerca.
Te ves tan bella como antes de ayer,
nada cambió en tu mirada,
la tarde
está tan llena de esos instantes fugaces
de tal forma
que el tiempo parece el cielo estrellado
del verano.

Diez años no son nada

Diez años no son nada
cuando el vacío que dejaste sigue siendo
tan grande.
La muerte no es sólo
una pasarela al abismo, a la nada,
en tu caso fue también
una liberación.
Pudiste respirar
aliviada aunque en la última época
lo hacías a duras penas... 
Dijiste adiós a este mundo miserable,
y en él se quedaron los miserables,
los que no lo son tanto y
tú te llevaste tus carencias
al más allá y dejaste
algún poso de tu grandeza
en el más acá.
Es triste no saberte aquí
pero más triste habría sido
que continuaras
en este desierto
interminable
sin salud.
Por siempre, descanse en paz.