Vives
en tu Igloo y a veces sales
Supongo que allí dentro se está
más confortable
y que fuera hay un viento ártico,
una ventisca
de hielo.
Pero el hielo es sólo una percepción.
La infancia,
en ocasiones, se rompe en mil pedazos
como un jarrón de porcelana
que cae y se hace añicos.
Hay muros que se derriban,
andamios que se desmontan pero
no confundas el acero cotidiano
con lo que te depara la vida.
Sal de tu Igloo,
fuera hay un
mundo maravilloso,
lleno de jardines con flores,
con árboles
frutales,
con tierras fértiles,
con lagunas
profundas,
con ciudades nuevas
que tienen puertos
a donde los barcos
llegan,
hay puertos que se convierten en barcos.
Encontrarás
la alegría en el brillo de la luz
de la mañana.
Navegarás por
mares clementes,
y por mares inclementes.
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