A
veces la vida abre un paréntesis
y nosotros entramos alegres
en sus detalles y virtudes
damos gran parte de nosotros
mismos
sin pedir nada a cambio
(es nuestra
manera de ser)
A veces la vida cierra el paréntesis
y, en ese instante,
nos sentimos desdichados,
dolidos con los demás y con el mundo,
cruel destino,
miserable final o quién sabe si principio...
Sustituiría los
paréntesis por los puntos
suspensivos
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