El puerto seguro

El puerto seguro,
el refugio de entre épocas
donde los barcos
siempre vuelven
a repostar,
a realizar
la puesta a punto.
Para tomar rumbo
hacia otras latitudes,
para iniciar nuevos viajes.
El oficio de Manuel es un oficio
aprendido.
Él es la estabilidad,
la mesura,
también la cordura.
La eficacia y
la rapidez son
las señas de identidad
de su franquicia.
Sin embargo,  Elisa
es fuego, huracán
sin riesgo y deseo.
Después de cada travesía,
ella siempre vuelve al puerto
seguro.
Es un acuerdo tácito,
pactado entre dos partes
que se necesitan
y, a veces, no tanto,
pero la fuerza
del apego y la costumbre
es la que prevalece,
la que marca el designio
de la nave y del puerto.
Ella lo tranquiliza,
lo seda,
y lo conmueve.
Él se deja hacer,
es sujeto pasivo,
siempre la recibe
con los brazos abiertos.
Ni un solo reproche,
ni una sola pregunta,
el silencio
es el idioma
que hablan el puerto y la nave.