El amor es un viaje, no un destino,
el amor es una travesía, no el puerto de llegada,
el amor es la trama de una historia, nunca el desenlace,
el amor es la hondura del mar, no la superficie de sus aguas.
El amor es la esencia de un perfume, no el olor,
el amor es la causa, no el efecto,
el amor es la chispa, no la corriente eléctrica,
el amor es el camino, no el final de la ruta,
el amor se construye amando,
y no viene por sí sólo,
ni lo traen los vientos desapacibles.
El amor es tu mirada al cabo de un largo
día y con eso me basta.
De Federico Garcia Lorca, el poema "Río Genil": Las alamedas se van, pero dejan su reflejo. (¡Oh qué bello momento) Las alamedas se van, pero nos dejan el viento. El viento está amortajado a lo largo, bajo el cielo. (¡Oh qué triste momento!) Pero ha dejado flotando, sobre los ríos, sus ecos. El mundo de las luciérnagas ha invadido mis recuerdos. (¡Oh qué bello momento!) Y un corazón diminuto me va brotando en los dedos.
viernes, 30 de noviembre de 2012
Dos palabritas de nada
Érase una vez una
palabrita que estaba encerrada en el cuerpo de un niño que era algo
tímido y apocado. Esa palabrita vivía triste y se refugiaba en la
concavidades y en las grutas que la anatomía infantil le proponían. Un
buen día, la cosa cambió y otra palabrita huérfana de luz se encontró
con ella. Las dos palabritas se reconocieron al instante y fue tal su
alegría que se abrazaron y formaron
una frase corta. Era tal su gozo, tal su consuelo que juntas recorrieron
ese camino angosto que va desde la garganta a los labios. Allí
reconocieron a las amigdalas, a las muelas y a los dientes, a la
resbaladiza lengua para dar a parar a un rayito de luz, remanso para la
esperanza. En ese momento, la madre de aquel niño tímido lo abrazó, y
fue el momento cuando las dos palabritas se cogieron de la mano y se
lanzaron al precipicio cuando la boca se abrió para susurrar algo
hermoso. Estas dos palabritas no son más que "te" y "quiero".
miércoles, 28 de noviembre de 2012
La tarde es de color
La tarde es de color,
en singular,
y de colores,
en plural.
La tarde es de color,
si estoy a tu lado,
o si no estoy a tu lado.
La tarde es de color,
porque cada vez
que pasa una linda mujer
de ojos soñadores,
sonrío
y, por un segundo,
me olvido de tí y hasta de mí mismo.
en singular,
y de colores,
en plural.
La tarde es de color,
si estoy a tu lado,
o si no estoy a tu lado.
La tarde es de color,
porque cada vez
que pasa una linda mujer
de ojos soñadores,
sonrío
y, por un segundo,
me olvido de tí y hasta de mí mismo.
Copla infantil: Caballito
Trota, trota, caballito,
corre rápido y veloz,
no temas a quien te
persiga,
tú siempre serás mejor.
Trota, trota, caballito,
cruza bosques
y montañas,
corre rápido y veloz,
no temas a quien te
persiga,
tú siempre serás mejor.
Trota, trota, caballito,
cruza bosques
y montañas,
pueblos, valles
y vaguadas,
trepa por rocas,
deja huella
de tu paso concienzudo.
Trota, trota
caballito,
corre rápido y veloz,
reta al viento,
haz tu surco,
el camino
te enseñará que
los pájaros con
su canto te acompañarán
y que las hojas de los árboles
te acariciarán.
Caballito,
me gusta acariciar tu piel de terciopelo
y perderme entre tus crines.
Trota, trota, caballito,
corre rápido y veloz,
no temas a quien te persiga,
tú siempre serás mejor
y vaguadas,
trepa por rocas,
deja huella
de tu paso concienzudo.
Trota, trota
caballito,
corre rápido y veloz,
reta al viento,
haz tu surco,
el camino
te enseñará que
los pájaros con
su canto te acompañarán
y que las hojas de los árboles
te acariciarán.
Caballito,
me gusta acariciar tu piel de terciopelo
y perderme entre tus crines.
Trota, trota, caballito,
corre rápido y veloz,
no temas a quien te persiga,
tú siempre serás mejor
Alamedas sin nombre.
A menudo anduve
por entre los álamos,
de aquel camino que nos llevaba al río.
La brisa de primavera
nos traía el olor a tierra húmeda
después de la lluvia
y el aroma del agua estancada
de las acequias.
Por entre los árboles,
no era necesario que ese lugar tuviera nombre,
era un espacio sin tiempo,
un lugar físico sin coordenadas geográficas.
Eran y son las alamedas sin nombre,
recuerdos sin memoria,
olvidos sin desmemoria,
segunda fase
de mi divina comedia.
por entre los álamos,
de aquel camino que nos llevaba al río.
La brisa de primavera
nos traía el olor a tierra húmeda
después de la lluvia
y el aroma del agua estancada
de las acequias.
Por entre los árboles,
no era necesario que ese lugar tuviera nombre,
era un espacio sin tiempo,
un lugar físico sin coordenadas geográficas.
Eran y son las alamedas sin nombre,
recuerdos sin memoria,
olvidos sin desmemoria,
segunda fase
de mi divina comedia.
domingo, 25 de noviembre de 2012
Comienza un nuevo blog, un nuevo poemario
Comienza un nuevo blog, un nuevo poemario, las alamedas sin nombre, quién no ha andado por un caminito rodeado de álamos, chopos, cerca de un río. El río, sencilla metáfora de la vida, nos propone asuntos extraídos de la práctica cotidiana y de los entramados complejos de la existencia.
"Alamedas sin nombre" es el título de este nuevo poemario que conjuga la segunda fase de un proyecto literario, con "Las ciudades desordenadas" bajé a los infiernos, con "Alamedas sin nombre" pretendo colocarme en el purgatorio, al más puro estilo de La Divina Comedia.
"Alamedas sin nombre" es el título de este nuevo poemario que conjuga la segunda fase de un proyecto literario, con "Las ciudades desordenadas" bajé a los infiernos, con "Alamedas sin nombre" pretendo colocarme en el purgatorio, al más puro estilo de La Divina Comedia.
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