Vuelan estos versos por el aire de verano
con el único propósito de
adorarte.
Eres danza de nubes en el cielo despejado,
eres brisa de
mañana y estrella reluciente en el manto oscuro,
allá en lo alto.
De Federico Garcia Lorca, el poema "Río Genil": Las alamedas se van, pero dejan su reflejo. (¡Oh qué bello momento) Las alamedas se van, pero nos dejan el viento. El viento está amortajado a lo largo, bajo el cielo. (¡Oh qué triste momento!) Pero ha dejado flotando, sobre los ríos, sus ecos. El mundo de las luciérnagas ha invadido mis recuerdos. (¡Oh qué bello momento!) Y un corazón diminuto me va brotando en los dedos.
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