viernes, 7 de junio de 2013

Recuerdo que vine a Madrid

Recuerdo que vine a Madrid intentando atrapar la vida.
El tiempo se agotaba y me agarré al clavo ardiendo.
Es ésta una costumbre
en mi propia biografía,
no soy
de los que sueltan
el metal en estado incandescente.
Han sido muchas alegrías,
alguna desventura,
como la de tanta gente.

Es claro
que me queda mucho todavía,
el camino es una vereda
larga hacia el valle de la muerte.
Por eso,
y porque
no me rindo,
construyo en el cielo
castillos infinitos.
Me hice con un andamio
de esos que sólo salen
en poesías como ésta,
de esos que se alargan hasta la luna
si es preciso.

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