jueves, 20 de junio de 2013

El Mirador

El Mirador está lleno de mirones,
que sienten curiosidad, han oído cosas
y quieren saber qué ocurre...
Dicen que los aburridos,
los hastiados
a los que la monotonía,
esa vieja conocida,
acompaña
fielmente,
son los que
más tiempo tienen
para desarrollar
la inventiva,
para subir cada tarde al Mirador,
desde donde no se divisa la ciudad
ni siquiera la bella panorámica
de unos montes.
Más bien lo que se observa
es una oda al cemento
y al hormigón
y a las ciudades hormiguero
donde las hormigas
llevan a cabo
sus vidas
bajo la atenta
mirada de sus iguales.

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