De Federico Garcia Lorca, el poema "Río Genil":
Las alamedas se van,
pero dejan su reflejo.
(¡Oh qué bello
momento)
Las alamedas se van,
pero nos dejan el viento.
El viento está amortajado
a lo largo, bajo el cielo.
(¡Oh qué triste
momento!)
Pero ha dejado flotando,
sobre los ríos, sus ecos.
El mundo de las luciérnagas
ha invadido mis recuerdos.
(¡Oh qué bello
momento!)
Y un corazón diminuto
me va brotando en los dedos.
sábado, 22 de junio de 2013
Si este cielo
Si este cielo no es benévolo,
y si la morada que habito
no tiene tejado,
qué tal si propongo
construir uno
con palabras menudas,
de esas que
hablan
de amor,
con mayúsculas,
por favor.
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