De Federico Garcia Lorca, el poema "Río Genil": Las alamedas se van, pero dejan su reflejo. (¡Oh qué bello momento) Las alamedas se van, pero nos dejan el viento. El viento está amortajado a lo largo, bajo el cielo. (¡Oh qué triste momento!) Pero ha dejado flotando, sobre los ríos, sus ecos. El mundo de las luciérnagas ha invadido mis recuerdos. (¡Oh qué bello momento!) Y un corazón diminuto me va brotando en los dedos.
viernes, 2 de agosto de 2013
Los amores profundos
Noche de verano, se oculta el sol, y la ciudad se cubre de un manto color azabache. Sobre los tejados de los edificios, sobre las azoteas, más allá de los últimos puentes que diviso, se observa la Luna, reina del cielo y majestad de las alturas. De madrugada, es un faro que guía a los barcos nocturnos. Es centinela luminosa de las almas que sienten los amores profundos
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