domingo, 11 de agosto de 2013

Glenda

Glenda bailaba en la noche de verano, 
en la calle rodeada de una multitud de gente. 
Su vestido liso y sus movimientos cadenciosos 
llenaban de color aquel rinconcito de universo, 
aquel mínimo espacio 
con su mágica belleza. 
Era una actriz francesa 
que había venido a Madrid por unos días
y caminaba con paso alegre. 
La conocí apenas nada,
y de repente se fué
como se alejan los barcos
de un puerto entre mares,
pero nos dejó su brillo y su sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario