Los malvados se disfrazan de gente solidaria
y le hacen ver a los demás que su crueldad tenía fundamento.
Los malvados se camuflan
entre la masa,
creen ser no vistos,
mientras que tejen su tela de araña,
arquitectura
de la alevosía.
Los malvados disimulan
cuando el orden del día
propone
ésta, otra o cualquier
circunstancia
que les afecta,
que les compromete.
Los malvados
se adhieren
a la causa
que más satisfaga
sus intereses
actuales
y que no estropee los futuros.
Los malvados son amantes
de los resultados a corto plazo.
Usted me pregunta qué hacer
frente a los malvados
y yo le digo,
no haga nada:
Los malvados suelen
envenenarse con
su propio veneno.
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