martes, 23 de abril de 2013

La noche es una avenida

La noche es una avenida
repleta de farolas,
y en la que circula
un tranvía solitario
en cuyo interior
viajan
noctámbulos
que vagan,
obreros que regresan,
tras la larga jornada,
a sus casas.
En ese monólogo
que componen
las luces y los gestos,
guardo en mi retina
aquella imagen tuya
en la tarde soleada de un parque,
tan radiante,
tan dichosa, tan hermosa
como lo eres hoy.
La noche
es una avenida repleta
de bulevares,
y por la que transitan
esos viejos conocidos
llamados melancolía
y amor. 
La melancolía es esa
borrosa silueta
de transeúnte
esquivo
que bordea
el banco
donde durante
el día se sientan los jubilados
y las gentes sin trabajo.
El amor es una rosa
que sólo se marchita
si no se la cultiva a diario.
Es pozo y ciénaga,
jardín florido,
resplandor y brillo,
oscuridad y escarcha.
Es también
ese delirio necesario,
esa estación efímera,
esa prodigiosa quimera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario