Sin palabras, sin sonidos,
abrimos el alma y fluye el sentimiento.
No tengo que hablarte
para saber cómo estás,
cómo resistes el paso inexorable
del tiempo.
Y ésto es hermoso.
Porque
puedo comprenderte
con sólo mirarte,
mientras la única
melodía que se escucha
es la del silencio.
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