Sabes de mi amor por cómo te miro
cuando no hay nadie más.
A falta de
esos instantes, están las palabras.
En ese ritual cotidiano desde el que
te invoco,
y en el que procuro poner todo el énfasis que está a mi alcance,
sea
para tí este amor, que es claro como rayo
de la primera luz del alba.
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