Érase una vez una linda mujer cuya sonrisa era caramelo y sus ojos dos diamantes que brillaban con el color del azul del cielo
Érase una vez una ciudad con grandes avenidas y parques donde pasear la escasa humanidad a deshoras
Érase una vez un hombre con el corazón a la deriva y al que el azar le puso alguna que otra prueba como a cualquiera
Érase una vez un amor que culminó en maravilla aunque todos no leyeron el mismo guión, todos no asistieron a la misma película
Érase una vez un hombre con el corazón a la deriva que encontró un amor que culminó en maravilla por un linda mujer cuya sonrisa era caramelo y sus ojos dos diamantes que brillaban con el color del azul del cielo.
Pero como todos no leyeron el mismo guión ni asistieron a la misma película, aquel hombre paseaba su escasa humanidad a deshoras por los parques y las grandes avenidas de la ciudad.
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