De Federico Garcia Lorca, el poema "Río Genil": Las alamedas se van, pero dejan su reflejo. (¡Oh qué bello momento) Las alamedas se van, pero nos dejan el viento. El viento está amortajado a lo largo, bajo el cielo. (¡Oh qué triste momento!) Pero ha dejado flotando, sobre los ríos, sus ecos. El mundo de las luciérnagas ha invadido mis recuerdos. (¡Oh qué bello momento!) Y un corazón diminuto me va brotando en los dedos.
lunes, 4 de marzo de 2013
El amor no tiene un por qué
El amor no tiene un por qué. Un buen día llega
a nuestra vida y se instala, se acomoda en nuestras estancias, forma
parte de la arquitectura de nuestra casa. Desde ese momento, comienza a
ser un inquilino más, un habitante más de nuestra morada. Construye
puentes, consuela a los que no tienen consuelo, conforta y abraza. Pero,
hay gentes que no lo tienen ni siquiera de vecino. Para ellos, el amor
es un extraño, un desconocido en un andén de tren, un caballero con
gabardina y periódico que se monta en un vagón y del que no se sabe su
origen y su procedencia.
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