sábado, 1 de diciembre de 2012

La nube Marieta y el lobo Federico

Un cuento cortito...
Érase una vez la nube Marieta y el lobo Federico. Marieta vivía en el cielo, rodeada de otras nubes semejantes a ella. El lobo Federico habitaba junto a su manada y como muchos lobos salía a cazar en solitario. Un buen día la nube se encontró con otra cargada de lluvia y juntas formaron en un instante una tormenta. La tierra se humedeció, las plantas crecieron, los arroyos se

transformaron en pequeños ríos, los ríos aumentaron su caudal, el mar recibió más agua que nunca pero Marieta estaba triste porque no paraba de llorar.
Con decisión firme, incomparable, decidió separarse de la nube cargada de lluvia y buscar esos rayitos de sol que le calentaban la espalda y la hacían sentir genial.
Mientras llovia, Federico había salido al monte como de costumbre y ante la tesitura de no encontrar nada de comer, comenzó a mordisquear los arbustos de moras, grosellas, frambuesas. A lo lejos vió una ternera que se había escapado de una granja y la asaltó comiéndosela de unos cuantos bocados.
Una vez hubo saciado su voraz apetito, Federico fue a descansar debajo de la encina más grande de un hermoso encinar.
En eso, se abrió el cielo y la nube Marieta lo vió desde lo alto y emocionada le dijo:
"Hola Federico, te veo desde siempre aquí en las alturas. Veo que eres un lobito solitario y creo que necesitas compañía. De ahora en adelante, no te faltará alguien con quien hablar. "
Federico, que no estaba acostumbrado a que las nubes hablaran, agradeció el gesto y le dijo algo similar.
Desde aquel instante, la nube y el lobo fundaron su amistad, complicidad que crecía en los días de lluvia entre los encinares del monte.

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