viernes, 14 de diciembre de 2012

Hasta que el cuerpo aguante

Hasta que el cuerpo aguante y podamos seguir andando, 
volcando nuestra voluntad en cada paso.
Hasta que el cuerpo aguante diezmado por los años

como roca que resiste las embestidas del oleaje.
Hasta que el cuerpo aguante y lleguemos a ese instante
en que ya no seamos cuerpo sino un alma errante
que deambula no sé muy bien por dónde
y pasa a engrosar
el inventario de almas errantes.
Hasta que el cuerpo aguante,
y nos aguante el cuerpo.

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