sábado, 16 de febrero de 2013

Granada en otoño

Uno recuerda Granada en otoño,
una ciudad con aguaceros y hojas secas
caídas por el suelo,
como cualquier otra.
Voy hacia el Genil:
Paseo del Salón, Puente Verde,
carretera de la sierra.
Uno asciende por las cuestas y
contempla el sol del atardecer
desde un mirador o una colina
pero tú no estás a mi lado,
y no sé si a esta ciudad le falta algo,
si este otoño tiene un brazo
amputado.
¿Será violeta la luz del sol
sobre las montañas?
¿Será anaranjada o púrpura?
La luz de esta ciudad
no me cobija como antes,
pero al menos sé que pertenezco a estos árboles,
a estos riscos y estas colinas,
a estos cerros en los
que el único idioma que se practica
es el
silencio.

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