De Federico Garcia Lorca, el poema "Río Genil": Las alamedas se van, pero dejan su reflejo. (¡Oh qué bello momento) Las alamedas se van, pero nos dejan el viento. El viento está amortajado a lo largo, bajo el cielo. (¡Oh qué triste momento!) Pero ha dejado flotando, sobre los ríos, sus ecos. El mundo de las luciérnagas ha invadido mis recuerdos. (¡Oh qué bello momento!) Y un corazón diminuto me va brotando en los dedos.
jueves, 28 de febrero de 2013
Comprendo el dolor ajeno
Comprendo el dolor ajeno,
pero mi amor por tí
no pretende dañar a nadie.
Si yo pudiera
contarte
lo que no te he contado todavía
y que
en el intercambio de palabras
hubiera un entendimiento,
no dejaría
de intentar hablarte
y proponerte caminos y veredas.
Comprendo el dolor ajeno
y que debo buscar
la cordura y ordenar las ideas,
pero el amor no tiene límite,
al amor no hay quien lo pare.
Querría construir junto a tí
algunos de los universos posibles
a sabiendas de las limitaciones
propias
y de los rigores
de esta estación seca.
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